domingo, 21 de octubre de 2012

Pájaros en la cabeza

"¡Tienes la cabeza llena de pájaros!", ¿os lo han dicho alguna vez?. Quizá en la adolescencia, cuando estamos llenos de ilusiones, sueños, pensamientos desordenados y ruidosos, eso que algunos denominan "tonterias" o "irrealidades"... Pero el estado de ensoñación tiene más importancia de la que parece...

La ensoñación es la que se ocupa de divagar, dejar que los pensamientos, a menudo inconexos, fluyan libremente mientras se está efectuando alguna actividad. Se estima que la mente humana cae en ese estadio ni más ni menos que el 30% del tiempo. Podría decirse que hay dos zonas en el cerebro plenamente diferenciadas, asociadas con la concentración. Una de ellas es la que se activa claramente cuando estamos concentrados en una actividad determinada (red ejecutiva). La segunda red neural sería la opuesta, la que se activa en el estado de mente errante. Tradicionalmente, ambas redes se habían considerado contrapuestas. ¿Cómo te vas a concentrar en algo si te distraes?. Pero cuando surge una extraña asociación de ideas, en apariencia inconexas, pueden ayudar a resolver un conflicto en un momento dado o bien proporcionar una pista inesperada o una solución para un problema pendiente. Y eso tiene mucho que ver con la creatividad. Muchos inventos, teorías científicas y obras maestras surgieron de un momento de ensoñación. Actualmente un sector creciente del mundo educativo aboga por aprovechar los beneficios de la divagación o las ensoñaciones como método para fomentar el uso creativo de la mente. Para los defensores de estos postulados, que los niños se pasen horas y horas frente a la pantalla de un televisor o de una consola, actividad que capta su atención y exige un cierto grado de concentración, coarta la imaginación, algo por otra parte obvio. Los hallazgos acerca de la importancia de la mente errante abre la puerta al diseño y fomento de actividades cuyo objetivo sea justamente asociar ideas aparentemente inconexas o dejar volar la imaginación.
Bueno, pues dándole vueltas a esta idea, se me ocurrió hacer una nueva camiseta. Algodón orgánico y pintada a mano con mimo, como siempre. ¡A soñar!

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